Comencemos con lo básico. Las unidades electroquirúrgicas (ESU, por sus siglas en inglés) utilizan una corriente eléctrica de alta frecuencia para cortar tejidos y controlar el sangrado mediante la coagulación. La resistencia del tejido a la corriente de alta densidad provoca un efecto de calentamiento que resulta en la destrucción del tejido. La corriente eléctrica se suministra y recibe a través de cables y electrodos. Los electrodos pueden activarse mediante un interruptor en el mango o mediante un pedal. La ESU puede funcionar en modo monopolar o bipolar.

Monopolar vs Bipolar

En el modo monopolar, la corriente eléctrica se suministra al paciente a través de un cable activo y un electrodo. Como se muestra en la Figura 1, la corriente regresa a la unidad a través de una almohadilla o placa de electrodo de retorno para dispersar la corriente de retorno, evitando así el calor focalizado que puede causar quemaduras. En el modo bipolar, dos electrodos, generalmente las puntas de un par de pinzas o tijeras, actúan como los equivalentes de los cables activo y dispersivo en el modo monopolar. Consulta la Figura 2

Modos de electrocirugía: CORTE vs COAG. Hay dos tipos de modos de corte: corte mezclado y corte puro. El corte puro se utiliza típicamente solo para la disección. En el modo de corte puro, el cirujano logra un corte muy similar a una incisión realizada con un bisturí médico. El corte es estrecho, profundo y el cirujano tiene poco o ningún control sobre el sangrado. Como se muestra en la Figura 3, este efecto se logra mediante alta frecuencia y baja tensión.

En el modo de corte mezclado, el cirujano logra una incisión mucho más amplia calentando el tejido y dejándolo enfriar. Esto se logra mediante una frecuencia más baja y un voltaje más alto que en el corte puro. La coagulación se realiza utilizando un voltaje alto y una frecuencia baja. En el modo COAG, el calor no es suficiente para producir una vaporización explosiva, lo que resulta en la formación de un coágulo térmico. En el modo COAG, el cirujano tiene un mayor control sobre el sangrado porque se le permite al tejido más tiempo para cauterizar entre los contactos.

El rendimiento y la seguridad de las unidades electroquirúrgicas son de suma importancia y requieren pruebas regulares para garantizar la seguridad del paciente y el personal, así como para gestionar los riesgos asociados con el uso de corrientes eléctricas de alta y baja frecuencia en el cuerpo humano.

Mantente atento para obtener más información sobre las 10 mejores prácticas para probar las unidades electroquirúrgicas.

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